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28 noviembre 2012

Consejos de Ahorro en estas Navidades. Por el Prof, Alvaro Grijander

SEMOS POBRES: CONSEJOS DE AHORRO EN ESTAS NAVIDADES. Por el profesor Álvaro Grijander.

Queridos lectores, antes de nada, quiero agradeceros sinceramente todas las ideas que habéis ido comentando en el artículo de presentación de esta sección. Compruebo complacido como la picaresca, de la que siempre el pueblo español ha hecho gala, unicamente estaba adormilada, a la espera de que llegaran tiempos difíciles como los que nos tocan vivir, para que volviera a aflorar con más fuerza, si cabe. 




Una vez dicho ésto, la redacción de este vloj quiere dejar muy claro que desaprueba enérgicamente todas y cada una de estas prácticas. Efectivamente, estamos absolutamente en contra de cualquier tipo de acción que pudiera constituir un ilícito penal, ya que nuestra única intención es, cual hábil funambulista, hacer equilibrios en esa delgada linea roja que separa la legalidad de la delincuencia y en la que, para qué decir lo contrario, los miembros de este vloj, nos movemos como pez en el agua.


Comenzamos, pues, con los consejillos que harán que en estas navidades, nuestra mesa vuelva a lucir opulenta y que, cuando lleguemos con el plato de las gambas, no tengamos sitio donde colocarlo.

1º- La ley de Newton y el trueque de etiquetas: esto es más viejo que la humedad. En aquellos establecimientos en los que seamos nosotros los que tenemos que pesar la fruta o la verdura, y en un claro acto de venganza por haber dejado en el paro al amable empleado que hacía ese trabajo, pulsaremos en el peso un código distinto al del producto seleccionado. Esto es especialmente útil en artículos que, al pasarlos por caja y a no ser que el cajero en cuestión tenga la agudeza visual de un águila imperial, aquel no podrá distinguir. A saber, llenar la bolsa con dos kilos de kiwis amarillos (que están más ricos y valen 5 eurazos el kilo) y pulsar la tecla de los kiwis verdes (a 2 euros). También puede hacerse con las judias verdes planas y redondas, con los calabacines blancos y verdes, plátanos de Canarias y banana, etc... No seais cutres y estrujaos un poco el coco. No vayais a llenar la bolsa con aguacates y luego en la etiqueta que ponga manzana golden.

El cooperador necesario

Esta táctica admite otras variantes, por ejemplo levantar la bolsa antes de que salga el ticket para que pese menos, teniendo mucho cuidado de hacerlo de manera firme. Si estás de resaca y no tienes el pulso para robar panderetas, olvídalo, el ticket no llegará a salir nunca con el consiguiente cantazo si hay más gente esperando para pesar.

También podemos, esta es la variante más chunga de todas, dejar la bolsa abierta, pesar el producto y luego añadir algunas piezas más, teniendo mucho cuidado de que el ansía no nos pueda.

El inconveniente que tienen estas dos últimas operaciones es que la excusa que hay que dar luego, si se detecta el tangazo en la linea de cajas, es del todo inverosimil, motivo por el que recomiendo encarecidamente la primera.

2º- Merienda by the face en el super: seguro que muchos al leer ésto habéis pensado inmediatamente en la marronera práctica de ir abriendo paquetes de magdalenas y donettes e ir comiéndolos mientras hacemos la compra. ¡Pandilla de aficionados!.

Lo que os propongo tiene más glamour. Consiste en estar ojo avizor a los stands en los que se ofrezcan promocionalmente productos (por ejemplo: actimel) y, aprovechando la confusión, beberse, aparte del que nos ofrecen gratuitamente, uno o siete más, que habremos extraido habilmente de su lugar original. Ante la proliferación de esta práctica, las grandes superficies proceden en ocasiones a etiquetar los productos ofrecidos gratuitamente con vistosas pegatinas con la leyenda "gratuito" u "objeto promocional", motivo éste por el que no conviene bajar la guardia.

3º- Hábil utilización del porcentaje de descuento a ingresar en una tarjeta de fidelización por la compra de algún producto (para los que sean de la LOGSE, el descuento que el centro comercial "x" te ingresa en la tarjeta del club del centro comercial "x"), (el carreful, cojones): por ejemplo, te compras una tele led de 50 pulgadas marca samsung que vale 699 €, con un descuento de 100 € a ingresar en la tarjeta de marras. La pagas y te hacen el ingreso de los 100 € en la tarjeta y a los dos días, sin haberla sacado del embalaje, la devuelves. Pues bien, el 90% de los defraudadores encuestados afirman que el dinero de la tarjeta de cliente ahí se queda y puedes emplearla para, por ejemplo, las comprillas del papeo de navidad (se aconseja descambiar el producto en un día de máxima afluencia de público, por ejemplo, sábado ocho de la tarde de un primero de mes, y si coincide con un festivo de apertura, miel sobre hojuelas), momento en el cual el empleado/a que esté en atención al cliente tendrá su agilidad mental notablemente mermada.
Ay pillínes, ésta seguro que la tenéis

4º- El 2x1 versión "simpa": prestad mucha atención, pues esta argucia requiere de un alto poder de autocontrol. Igual que en la anterior debemos hacerla un día en el que las cajas estén más saturadas que cuando anunciaron la llegada del huracan Katrina y los americanos hicieron acopio de alimentos.

¡Ahora es el momento!

No hay nada peor que un trastero caótico. ¿Te apetecería tenerlo todo ordenado en unas prácticas estanterías metálicas? Pues bien, vamos a nuestro supermercado de confianza, cogemos dos (no os agobiéis, vienen sin montar) y una vez que las tenemos en nuestro carro y puesto que su tamaño impide ponerlas en la cinta de la caja, las sujetamos fuertemente, a las dos a la vez, para que parezca que es solo una y nos ofrecemos amablemente a la/el cajera/o a leerle el código de barras a viva voz. Querido lector, en este momento debes mostrar templaza, frialdad de ánimo y persistencia en la resolución criminal, ya que el más mínimo titubeo hará que fracases en tu misión. Acordaos de lo que le pasó al protagonista de "el expreso de medianoche" cuando quiso pasar la frontera turca.


A éste le petaron el cacas in the jail

5º- Natividad de Nuestro Señor y exaltación de la amistad: ¿qué mejor sito para una celebración navideña con los amigotes que en la taberna vasca Lizarrán?. El sistema de pago hace que podamos ponernos hasta el ojete por un módico precio. Para los que no hayais ido nunca, la mecánica de abastecimiento de papeo consiste en ir cogiendo los pinchos que se encuentran expuestos en el mostrador, debiendo pagar luego según el número de ellos que hayamos consumido. ¿Y cómo hace el recuento el cándido camarero? Contando los palillos que hay en el plato y que, en teoría, deberían corresponderse con el número real de los que nos hayamos jamado. No hace falta decir que los palillos, una vez fuera del local, aparecen hasta en los sitios más inverosímiles (zapatos, costuras de la falda, ropa interior, bolsillos, kleneex, y demás oquedades corporales que por decoro no voy a mencionar).


Come 7, paga 1

Y esto es todo, queridos lectores, espero que nuestros consejos os hayan sido de utilidad, invitándoos a que nos hagais llegar los vuestros a través de los comentarios. ¡Feliz ahorro!

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